Una encuesta reciente revela que al 100% de las personas que visitan habitualmente esta pagina (estudio realizado tomando una muestra de 1 persona, YO) les gusta transpirar. Esto en un principio puede sonar bastante sucio y asqueroso pero como verán más adelante es algo muy diferente.

Para mi, salir a andar en bicicleta consiste de dos partes, andar en bicicleta lo suficiente como para convertir una escalera de cuatro escalones en una odisea y luego volver a casa para sentarme a transpirar. Mientras uno anda moviéndose el viento contraresta el efecto del calor y así cuando uno se queda quieto sigue surgiendo calor pero ya no hay viento. De esta manera yo solo empiezo a sudar mucho cuando ya he terminado de ejercitarme. Sin embargo estar todo sudado y pegajoso es una situación bastante incomoda, a que viene ese gusto por transpirar?

Despues de una exhaustiva investigación he encontrado la explicación, se llama ‘teoría de la tensión’, consiste en un fenómeno que aparece en todos lados y que es culpable de que muchos placeres lo sean. Despues de estar sentado un rato transpirando y juntando calor no hay nada mejor que pegarse una ducha helada, uno sale renovado de una ducha como esa. La idea es llegar a una posición incomoda para liberarla toda de golpe. De esta manera el contraste incrementa el placer. El paralelismo más obvio es el de la sauna, siempre que sale en el periódico alguna foto de esos nórdicos que después de estar en el sauna se revuelcan por la nieve o se tiran a algun lago casí congelado pensamos para nuestros adentros: “Esos nórdicos locos estan mal de la cabeza, debe ser porque sus días duran tres meses y porque tienen que hablar esos idiomas raros llenos de acentos circulares y consonantes”, pero resulta que la mejor parte del sauna es el refresco final. Los amateurs como yo nos tenemos que conformar con usar una bicicleta, el verano español y una ducha pero que al fín y al cabo cumplen el mismo cometido. La ‘teoría de la tensión’ también se puede encontrar en la música, especialmente en la clásica. Yo se más bien poco de musica clásica pero se que una de las razones de la calidad de esta música es el contraste en partes que crean tensión y luego la sueltan. Salvando las distancias en cuanto a calidad viene a ser lo mismo que el subidón en la música tecno.

La primera vez que escuché hablar sobre este fenómeno fue de parte de un gran profesor que tuve los últimos dos años en el colegio. Él lo comparó con tener una basurita en el ojo, no hay placer comparable a sacarse esa mierdita del ojo despues de dos días de constante irritación.

“Si, todo muy lindo pero también es verdad que no hay nada peor que oler mal” dirán ustedes. así que para convencerles de que no soy una cloaca caminante les digo que transpirar no es sinónimo de mal olor, siempre y cuando se use desodorante, óbviamente. También me gustaría comentar, para que no me abandonen mis amigos, que odio transpirar sin querer. Es decir, si fuese por mi, solo sudaría cuando ando en bicicleta y existe la posibilidad de ducharme después. En el fondo (y más importántemente, en la superficie) soy un tipo limpio.

 

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